
Nací hace ya más de 40 años en León, donde a día de hoy trabajo y vivo junto con mi familia. De pequeña siempre tuve mucho interés por aprender cosas nuevas y diferentes, desde la astronomía, para descubrir los aspectos más extraordinarios del universo, hasta la biología, para comprender los imperceptibles mecanismos que hacen posible la vida tal y como la conocemos. Cuando llegó la hora de decidir qué estudios universitarios cursar me decanté por Veterinaria, no solamente porque me gustaran los animales, sino porque me lo planteé también como un trampolín para dedicarme a la ciencia y por qué no, algún día ser investigadora. Aunque por aquel entonces la carrera investigadora era algo que solamente existía en mi imaginación, en el cuarto año de carrera uno de los profesores de la asignatura Enfermedades Parasitarias nos invitó a realizar prácticas de laboratorio con su grupo de investigación. Ese fue mi primer contacto con el mundo de los parásitos y la investigación, algo que me fascinó. Sin embargo, lo que hace que a día de hoy siga disfrutando de mi trabajo es todo el conocimiento que aún queda por descubrir, no solamente acerca de la gran diversidad de parásitos que existen, sino también de las enfermedades que producen tanto en animales como en aquellas personas que viven en las zonas más desfavorecidas del planeta. Aunque los inicios de una carrera investigadora no son siempre fáciles, si te consideras una persona curiosa, creativa, y además te gusta viajar y conocer personas de cualquier ámbito sociocultural, este camino puede ser para ti si tú quieres y te das la oportunidad.